Laboral
Una Central Sindical Cada Vez Más Alejada de las Bases Trabajadoras
La Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC) enfrenta nuevas críticas por presuntamente privilegiar su estructura política interna por encima de la defensa cotidiana de los derechos laborales, según señalamientos persistentes de trabajadores de distintos sectores. Diversas voces coinciden en que el sindicato ha evolucionado hacia un organismo más enfocado en la preservación de cuotas de poder que en el acompañamiento real a la base.
Trabajadores afiliados aseguran que la organización mantiene una presencia activa en espacios de negociación política, pero una participación mínima en la resolución de conflictos dentro de los centros de trabajo. Afirman que los comités locales rara vez acompañan los procesos de conciliación y que las demandas colectivas quedan relegadas ante las prioridades de la dirigencia nacional.
De acuerdo con los testimonios recopilados, la estructura interna habría concentrado facultades en un reducido grupo de dirigentes que, además de operar acuerdos cupulares, mantienen prácticas que inhiben la participación democrática de la base. Entre las inconformidades se menciona la falta de información sobre contratos, revisiones salariales y la ausencia de asambleas que permitan a los trabajadores expresar sus inquietudes.
Dirigentes inconformes señalan que esta dinámica ha generado un sindicalismo más preocupado por conservar posiciones estratégicas que por responder a las necesidades laborales cotidianas. “La CROC se volvió un aparato político; para obtener apoyo hay que esperar a que la dirigencia lo autorice, pero nunca llega”, lamentó un trabajador de manufactura en el norte del país.
Para distintos sectores, estas denuncias reflejan un deterioro progresivo en la representatividad de la CROC. La percepción generalizada apunta a que, mientras la estructura central se fortalece políticamente, los trabajadores continúan enfrentando precarización y falta de acompañamiento. El panorama sugiere la urgencia de un replanteamiento profundo que permita recuperar la confianza de la base y reenfocar la labor sindical hacia la defensa efectiva de los derechos laborales.