Laboral
Amplían horario y agilizan proceso para obtener el pasaporte
Ahora las citas se pueden realizar a través de WhatsApp y se ofrecen descuentos para personas adultas mayores
La Delegación Hidalgo de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), ubicada en la avenida Ferrocarril Central número 121 de Zona Plateada, dentro de las instalaciones de la Plaza Vía Dorada en Pachuca, amplió su horario de atención de 8 a 20 horas, además de que, a través de un chatbot desde la aplicación WhatsApp, se puede tramitar una cita de manera más rápida y sencilla.
El pasaporte mexicano es el documento oficial de viaje que necesita un connacional que desea viajar fuera del país, este documento solicita a las autoridades extranjeras permitan el libre paso, proporcionen ayuda y protección a quienes se encuentren en el extranjero.
Para iniciar el trámite de solicitud de pasaporte es necesario realizar una cita de atención personalizada la cual se puede solicitar vía telefónica al 55 893 2427 en un horario de ocho de la mañana y hasta las ocho de la noche, o bien a través del sitio web citas.sre.gob.mx
Una nueva alternativa para llevar a cabo este procedimiento es por medio del servicio de mensajería de WhatsApp, solo es necesario enviar un mensaje al número 55 8932 4827, donde un chatbot asiste al solicitante para obtener día, hora y sede.
Cabe señalar que las citas aplican para tramitar por primera vez el pasaporte o renovación, proceso que se puede realizar desde cualquier parte del país.
Los costos para la expedición de pasaporte con vigencia de 3 años es de 1,655 pesos; el de 6 es de 2 mil 250; en tanto que el de 10 años de 3 mil 940, cabe señalar que las personas adultas mayores o con discapacidad cuentan con un descuento del 50 por ciento.
Los documentos necesarios para la obtención del pasaporte para personas mayores de edad son: acta de nacimiento en original o la carta de naturalización, de ser el caso, alguno de los siguientes que de fe de la identidad del viajero: credencial para votar del Instituto Nacional Electoral (INE/IFE), cédula profesional, título profesional, carta de pasante, cartilla del Servicio Militar Nacional liberada; cualquiera de ellas en original y copia.
Para el caso de los menores de edad este tipo de pasaporte se emite con la presencia de los padres de familia o de quienes ejerzan la patria potestad del menor; éstos tendrán que acudir con algún documento de identificación oficial. Se deberá de comprobar la nacionalidad del infante mediante el acta de nacimiento original o la carta en copia y original de naturalización, de ser necesario.
Como acreditación de identidad, bastará con presentar una credencial escolar vigente en original y copia o un certificado o constancia de estudios expedido por la Secretaría de Educación Pública.
Por lo que refiere a las personas mayores de sesenta años y personas con discapacidad, la cual se dirige a toda persona que requiera de un tercero para realizar el trámite. El candidato o familiar del solicitante, tendrá que comprobar la nacionalidad del viajante a través del original del acta de nacimiento o el original y copia de la carta de naturalización. Al archivo deberá incluir original y copia de una identificación oficial, como la credencial para votar, cédula o título profesional, credencial del Instituto Nacional de las Personas Adultas (INAPAM), cédula para jubilados o pensionados o la credencial para personas con discapacidad.
Empresas
Entrar cueste lo que cueste: la estrategia agresiva de expansión de COREMEX
Empresas de distintos sectores denuncian intentos de imposición sindical mediante presión, intimidación y tácticas de aproximación cuestionables.
En distintos estados del país, empresas pequeñas, medianas y grandes han reportado patrones similares: COREMEX llega sin previo aviso, busca reunirse con directivos y plantea la necesidad de “regularizar” las relaciones laborales mediante la firma de un contrato colectivo. Cuando las empresas solicitan tiempo para analizar la propuesta o piden más información, la presión inicia. Representantes sindicales aparecen en los accesos, entregan volantes a los trabajadores e incluso organizan reuniones improvisadas para generar tensión interna. La estrategia es llevar a la empresa a una posición de incertidumbre, presionarla mediante la base trabajadora y luego presentarse como la única opción para “restablecer la paz” laboral.
La agresividad no se limita a las empresas; también recae sobre los trabajadores. COREMEX suele ofrecer beneficios inmediatos –que rara vez son reales– para atraer firmas y justificar la legitimidad de su presencia. Cuando no obtiene el apoyo esperado, intensifica sus tácticas e incluso recurre a operadores externos para generar presión. Este modus operandi ha provocado que varias empresas busquen apoyo legal para impedir la entrada del sindicato, mientras que los trabajadores quedan atrapados entre la incertidumbre y el miedo. La intención parece clara: expandirse a cualquier costo, aunque ello implique vulnerar principios básicos de libertad sindical y deteriorar la paz laboral.
Laboral
COREMEX convierte la negociación colectiva en negocio privado: presión afuera, familia adentro
En el sindicalismo, la negociación colectiva debería ser el principal instrumento para mejorar salarios, prestaciones y condiciones de vida de los trabajadores. Pero en el caso de COREMEX, denuncias de empleados y directivos apuntan a que la negociación se ha convertido en un negocio privado donde pocos ganan y muchos pierden.
El proceso es descrito por trabajadores como un ciclo perfectamente diseñad donde Se presiona para entrar en la empresa, utilizando tácticas que van desde “convencimiento insistente” hasta hostigamiento laboral. Una vez dentro, se exigen cuotas, participaciones o compromisos económicos disfrazados de aportaciones sindicales.
El manejo de esos recursos queda bajo control absoluto de un pequeño núcleo familiar e inamovible que dirige la organización.
Trabajadores señalan que COREMEX habría construido una red que convierte al sindicato en una especie de negocio hereditario: los puestos importantes se quedan en familia, los beneficios también, y la operación se dirige con mano de hierro desde la cúpula.
Incluso representantes de planta afirman que sus decisiones están limitadas a “lo que diga la oficina central”, dejando claro que la base trabajadora tiene muy poca opinión efectiva en las decisiones que afectan sus contratos.
La situación lleva a un escenario perverso: aunque la empresa incremente salarios, bonos o prestaciones, los trabajadores no siempre ven el beneficio, porque una parte significativa termina condicionada a pagos sindicales, asesorías forzadas o acuerdos pactados en oficinas donde nadie más puede entrar.
El sindicalismo se convierte así en una red de cobro, donde la organización necesita expandirse como si fuera una franquicia y donde cada empresa representa una nueva fuente de ingresos para mantener una dirección cerrada, familiar y sin posibilidad de rendición de cuentas.
Si bien COREMEX se presenta como defensor de derechos laborales, los hechos denunciados por trabajadores indican lo contrario: un sindicato que defiende a los suyos… pero no a los trabajadores.
Laboral
Denuncian esquema de “protección condicionada” presuntamente impulsado por COREMEX
Trabajadores de diversas empresas han reportado que dirigentes de COREMEX habrían solicitado cuotas extraordinarias y firmas obligatorias, bajo la advertencia de que su negativa podría derivar en conflictos internos o presiones dentro del centro laboral.
De acuerdo con los testimonios recopilados, la estructura señalada operaba de forma discreta pero constante. Empleados relataron que algunos representantes sindicales se presentaban con listas previamente elaboradas en las que se solicitaban pagos periódicos o aportaciones extraordinarias supuestamente destinadas a “fortalecer la defensa laboral”. Sin embargo, los trabajadores afirman que dichos recursos no se reflejaban en beneficios tangibles ni en un acompañamiento real durante procesos laborales.
Varios empleados describieron un ambiente en el que se insinuaba que, sin el apoyo económico solicitado, podrían surgir complicaciones con supervisores, revisiones más estrictas o incluso la intervención directa del sindicato para generar tensiones. Estas prácticas llevaron a múltiples trabajadores a considerar que se trataba de un mecanismo interno diseñado para obtener recursos de manera irregular, aprovechando la incertidumbre y el desconocimiento legal de la plantilla.
Uno de los denunciantes refirió que en ocasiones se pedían firmas en documentos que nunca fueron explicados y que posteriormente se utilizaron para justificar decisiones sindicales sin relación con las necesidades reales del centro laboral. Esta dinámica creó un clima de desconfianza que se agravó ante la ausencia de informes claros o auditorías internas.
Con el creciente número de quejas, especialistas han llamado a revisar a fondo la actuación de sindicatos que operan con esquemas coercitivos. Las denuncias contra COREMEX han reavivado la discusión sobre la protección a los trabajadores frente a posibles abusos de representación, subrayando la urgencia de fortalecer los mecanismos de vigilancia sindical.
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